SELECCIÓN DEL CABALLO PERUANO DE PASO POR DON JOSE RISSO MATELLINI

SELECCIÓN DEL CABALLO PERUANO DE PASO

José Risso Matellini.

 

En primer lugar, debo agradecer la nominación para exponer sobre un tema tan sugestivo como es el "Caballo Peruano de Paso, su crianza y selección".

Lo digo en ese orden, por cuanto sobre ella se efectúa la selección y, consecuentemente, terminaré hablando más al desarrollar el tema.

Antes de entrar en él, es justo señalar que las mejoras en el actual caballo se consiguen en baso a la labor desarrollada por la Asociación, desde su fundación y hasta la fecha.

Labor que en sus primeros años se concretó en fijar los pisos propios de los andares del Caballo Peruano de Paso desechando los aires extraños y, posteriormente, tratándose de mejorar ese formato a efectos de que guardara una mejor relación con la función.

Para mí, el criar animales es admitir el reto o desafío que se nos presenta al tratar de superar, en base a un conjunto de normas, conocimientos y experiencias se impone un criador, el material genético con el cual inicia su cría. 

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El criador exitoso posee, asimismo, una dote especial o toque personal no escrito en libros, que le permite tener resultados espectaculares que, en forma curiosa a veces, repetido por otros, no obtienen el mismo resultado. Equivale a aquellas personas que poseen la habilidad innata de hacer buen uso de su instrumento musical, mientras quo hay otros que no pueden hacerlo a pesar de sus esfuerzos.

El criar no consiste en multiplicar animales solamente, sino en hacerlo con cierto éxito; y no necesariamente basándose en los que se obtengan con los ejemplares en los concursos, sino más importante aún es determinar que características genéticas poseen y en qué grado las pueden transmitir a su progenie, produciendo animales mejorados y por, sobre todo, en qué áreas se producen tales mejoras, a efectos de identificarlas y poder fundar las familias.

La habilidad del criador consiste en "robar" cualidades, sin recoger los defectos, al efectuar los cruces; pero si acierta, sus éxitos se propagan y se asemejan a la espectacularidad con que se prende una caja de fósforos estando llena.

Pero la cría demora y la vida del criador justamente es interesante por cuanto transcurrirá entre esperanzas y frustraciones. Esta se hace en base a tiempo, y en ésta, cual la construcción de una catedral no es tarea de una, sino de varias generaciones.

Antes, es preciso ratificarnos en el concepto de que las formas son esenciales para desempeñar la función. Tratándose de nuestro caballo, su función es desplazarse en pisos, y con suavidad, largas distancias con resistencia suficiente, que sólo las dan el brío y la fortaleza, a los efectos de desempeñar el trabajo que se le encomiende, en mayor número de años, y en esos años, el mayor número de días, y si es con elegancia y espectáculo ¡cuánto mejor!

El animal para llegar a ser útil tiene que ser longevo y para ello, la relación formas-función es condición "sine qua non"; para mí la esencia de la cría.

Por ello me gusta repetir aquella frase de Jorge Juan Pinillos, aquel recordado gran aficionado, quien decía que: "el Caballo Peruano de Paso es un caballo de trabajo capaz de concursar y no un caballo de lujo incapaz de trabajar". El criador para alcanzar el éxito debe estar premunido de una serie de disciplinas que él mismo se debe imponer y algunas de las cuales paso a citar:

1.- Tener su animal ideal y tratar de acercarse a él, sabiendo de antemano que cuanto más se aproxime mayor será su éxito.

2.- Tener recursos para gastar en lo que el criadero requiera, estableciendo un orden de prioridades; en los cuales la elección del animal, su sustento y, por último, su alojamiento -en ese orden- son sumamente importantes. No incrementar boxes y corrales, que siempre es una tentación, es una buena medida para la selección intensa.

3.- Mantener una permanente evaluación -con ojo crítico- de sus animales, a efectos de reconocer con hidalguía qué cualidades tienen, qué les falta y cuáles debe agregarles.

4.- Debe solamente encariñarse con animales buenos y no resistir a los malos.

5.- Aprender a visualizar a los animales desde que nacen, pues en sus primeros días brindan una visión aproximadamente de lo que serán de adultos, sobre todo en los pisos.

Un animal joven no es otra cosa que un adulto inmaduro.

Una cámara de video, hoy en día, es una gran herramienta, tanto para tomar a los recién nacidos, como para tomar el criadero una vez por año; ya que ello nos da una visión clara de su evolución

6.- Saber evaluar bien los animales gordos y delgados, pues se dan oportunidades de comprar delgados, que algunos por no poder hacerlo pierden oportunidades de adicionarlos al criadero; así como también a veces se adicionan gordos que tapan sus defectos, que por la gordura se disimulan. De ahí el dicho que "no hay cebo mejor vendido que el de caballo".

7.- Alimentar a los animales para que crezcan y no engorden.

8.- No pretender sostener el criadero asumiendo que tiene uno lo mejor, sin nada que corregir o agregar, pues una actitud como ésta, de no introducir inyecciones de sangres nuevas, han sido causa y efecto de la mencionada "¿debacle de otrora?" de grandes criaderos. Siempre he creído que al adquirir un trailer hice una gran inversión, pues me acercó a los padrillos que requería.

9.- Estudiar a fondo y diariamente, la evolución de los animales en sus diversas manifestaciones hasta llegar a la silla, pues su evolución diaria nos dará una idea cabal de lo que llegarán a ser de adultos. Una subida a ellos a los dos años, por un momento, nos dará una idea de sus pisos, su brío, la colocación de cabeza, su desliz, etc., y sobre todo de sus debilidades.

Una frase que me impactó últimamente fue cuando un ganadero exitoso se definió como tal, por serlo a tiempo completo.

10.- Si un animal de su propiedad no satisface a los conocedores, no debe pretender demostrar que ellos son los equivocados, pues tarde o temprano terminará arrepintiéndose.

11.- Reconocer los méritos de los demás y no marearse con éxitos, pues a veces son pasajeros. Observar cuantos criaderos o concursos pueda, así como el participar en cuanta charla o conversación haya, constituyen una buena práctica, pero no olvidar que la decisión al efectuar los cruces al final será suya y de nadie más. El concursar con frecuencia nos da una idea del estatus del criadero.

12.- Tome con reserva los animales de moda, si éstos no han mostrado resultados a largo plazo con su progenie. De usarlos, no hacerlo en más del 25% es preferible que los padrillos hayan mostrado un apreciable número de animales bajo la silla y apreciar qué mejoras produjeron sobre las madres, así como las eliminaciones practicadas en sus hijos o hijas.

13.- Hay que tomar con reserva los animales muy bien trabajados de tiro, pues a veces engañan y no siempre llegan bien a la silla, debiendo adoptarse con ellos el mismo temperamento que con los animales de moda, mencionados líneas arriba.

14.- Al evaluar el criadero, fíjese siempre en los defectos grandes y no tanto en los pequeños.

15.- Procure una buena sanidad que permita el mayor número de crías.

Finalmente, creo, es materia de tener paciencia y perseverancia. En el caso de animales de concurso, se requiere de un factor no mencionado, pero fundamental: la suerte, que a veces no es patrimonio de algunos animales.

Pero pasando al tema en sí, factor importante es que las diferencias entre los animales nos brinden las bases para hacerlos mejores. Si bien padre y madre ponen el 50% cada uno a su vez, están creando un animal nuevo y diferente; y si ambos transmiten bien, crearán un deseable mejorado y si no, un indeseable en mayor grado.

Lo anterior nos lleva a un objetivo, cual es el acumular en el criadero animales con el menor número de caracteres o factores por corregir, pues esto hará más fácil la selección y, por ende, la mejora de la cría.

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Aquí es donde se pone a prueba la habilidad del criador, pues no creo que haya otra cría de animales que nos provea  de tantos factores independientes como la del Caballo Peruano de Paso y que, al ser evaluado, estos factores se anteponen tan continuamente.

Habiendo descrito anteriormente la función del caballo, debo añadir o complementar en mayor detalle ciertos conceptos para mí importantes en sus formas y ampliar en algo lo de la función.

Sin tocar por ahora los pisos, creo que el caballo debe ser fuerte. Entre 1.45 y 1.52 centímetros de estatura, armónico, que mantenga una buena correlación de partes; hay que insistir en fortalecer sus áreas tradicionalmente débiles, tales como la grupa, cabos, deficientes acodos, cuartillas, etc. Debe ser bello, con un  cuello más ligero y algo más arqueado que lo que tradicionalmente se ve; arrogante, con una cabeza algo más corta, algo más expresiva, carrillos más resaltantes, ojos grandes. Insisto en cuanto a la cabeza, pues aparte de ser lo que le da con el cuello el balance o equilibrio al caballo, controla sus movimientos y es lo que le da estilo y atractivo.

Tocando el desplazamiento sin definir aún los pisos, al hacerlos debe caminar sin acompañarse con la cabeza, sin sacudir el lomo, si es en tiro; o la cabeza de la montura, si es bajo la silla. No debe mover la grupa hacia arriba y abajo (salpicarla) o hacia los lados (menearla) y debe efectuar las batidas en formas simétrica. Un factor importante por tomar en cuenta, que denota asperezas o debilidades, es la cola; que debe ir; idealmente; como barriendo el piso. 

Más habiéndolo hecho antes superficialmente, en cuanto a pisos me limito a añadir que éstos; para ser buenos, deben ser ejecutados por animales fuertes; pues a veces las debilidades en los animales exageran los movimientos en las manos y no sabemos si ello se debe a sus debilidades o a su calidad. Si no, tomemos a los animales recién nacidos que a veces nacen con las cuartillas tendidas, acusando movimientos exagerados en las manos y que al tomar su posición disminuyen o se mantienen, de ser animales con o sin espectáculo. En cuanto al término y la agudez, debo admitir que contribuyen al espectáculo y el término en alguno forma a la suavidad, pero que en exceso arruina sus fines, como sucede con el ají en las comidas.

Deben efectuarse los pisos con el menor número de batidas, buscando el mayor avance; y mejores serán si el caballo efectúa; bajo las condiciones descritas con facilidad; todos los aires deseables.

He dejado para el final el complemento al formato de pisos, cual es el brío, factor fundamental para todo en el caballo, desde el desdoblamiento de los aires, añadido de arrogancia, el efectuar el recorrido llevándolo el caballo, la resistencia a darse por vencido por el cansancio, la valentía al pasar obstáculos, etc. El brío no es otra cosa que la reacción a la vergüenza que demuestra el caballo antes el castigo.

Al hacer estos comentarios diversos sobre la selección, creo que constituye uno de los problemas más serios el identificar defectos que tienen más dificultad en ser erradicados.

Si un animal tiene un defecto persistente y es apareado con otro que provenga de una familia que lo transmita, sólo se conseguirá exagerar el defecto de la descendencia. De ahí, que debemos ser drásticos en la eliminación y erradicarlo si es necesario con la eliminación y no con el consabido decir de que en algún momento me caerá un comprador para él. La eliminación es necesaria, incluso, cuando menos daño hace cual es en los recién nacidos.

En mi concepto, la base de un criadero la constituyen las familias, que se crean sobre la base de yeguas muy prepotentes en reproducir consistentemente animales de alta calidad, que dan animales con el menor número de caracteres diferentes y que, apareados con los grandes potros que descienden precisamente de familias como éstas, producen los grandes reproductores.

De estas familias es de donde los grandes criadores, en base a la consanguinidad (inbreeding), consiguen estos reproductores. Acumulando en ellos un gran número de genes deseables y que, en base a ello, son sumamente prepotentes. Si equivocadamente, esta consanguinidad se practica en animales con genes indeseables, se consiguen animales persistentemente malos y de allí proviene el decir que se requiera, en tal o cual cría, refrescarle la sangre. Un factor muy importante para tomar en cuenta es que, en los cruzamientos, la herencia se reduce a la mitad en cada cruce y poco es lo que queda más allá de 4 ó 5 generaciones.

Equivale; por ejemplo, de lo que puede quedar de un sol al hacer las sucesivas divisiones: tendríamos 0.50, 0.25, 0.125, 0.625 y 0.3125; en otras palabras, queda muy poco del sol inicial.

La importancia de la hembra es otro factor reconocido tanto o más por los criadores, pues hoy en día se recurre tanto al trasplante de óvulos fraccionados, en tácito reconocimiento al desempeño que cumplen en las crianzas. De otra parte, es interesante anotar que, dados estos avances, se cría hoy menos machos que antes, pero mejores. Por esta razón, reitero, es importante que, a menos defectos o áreas por mejorar, es más fácil llevar adelante un criadero; y en nuestra raza, en especial, hay que diferenciar los más fáciles de corregir con aquellos difíciles y persistentes. Los fáciles se corrigen con reproductores consistentes en mejorar tales o cuales áreas; pero los difíciles, a los que yo llamo "venenos", sólo se erradican eliminando al animal.

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Como tales, y según el grado de defecto, pueden ser los bajos de agujas, patas derechas o muy acodados, el andar sobre los hombros, lo ásperos, los lerdos, mañosos, generalmente asociados a la falta de brío, indecisión al meter las patas, corvejones vacilantes o taras como los prognáticos, monórquidos, sin colas, caras torcidas, albinos, etc.

Otra práctica común y menos riesgosa de criar, es la de los cruces abiertos (out cross) en el caso de tener buenos animales y que da buenos resultados en cuanto a porcentaje de aciertos, sobre todo en criaderos de numerosos animales.

Es obvio mencionar que, en cualquiera de las dos prácticas, el uso de los grandes padrillos es indispensable. Algo que sin lugar a duda a nuestra cría le hace mucha falta, es la poca información que le proporciona a uno los Registros Genealógicos, estos datan de pocos años, a pesar de ser una cría muy antigua y lo único que nos dan son nombres y nada referente a performance, a la reproducción y a su comportamiento. Por eso, creo que es conveniente el registrar en detalle lo que transmite cada yegua, cómo se comportan al ser apareadas con diferentes caballos, así como su fertilidad, frecuencia de ésta, etc. Esta deficiente información y ausencia de progenies sometidas a pruebas es lo que no  nos ha permitido establecer, como en otras razas, los porcentajes de heredabilidad por áreas que sí son identificados en aquellas.

Un factor que en nuestro medio últimamente ha contribuido a elevar la calidad de la cría, es el alto costo del servicio y mantenimiento, siendo más racional el uso del dinero, dejándose de lado a la "providencia" como un factor de mejora y más bien poniendo los criadores todos sus conocimientos e inteligencia en conjugar los factores a tomas en cuenta al efectuar sus cruces.

Finalmente, deseo reiterar mi agradecimiento por permitirme expresar estos conceptos, que son de mi muy particular punto de vista.