logo-asociacion-nacional-peruHagamos un poco de historia, ya que la existencia de la. Asociación está indisolublemente ligada a la de los concursos En primer término hay que subrayar que, si bien el objetivo principal de estos eventos fue premiar y estimular el esfuerzo de los criadores, la motivación inicial fue preservar las características de estos nobles equinos. Pese al clima de entusiasmo que reinaba en los primeros concursos organizados en la Pampa de Amancaes, no faltaron los tropiezos y problemas que empezaron a conspirar en contra de la excelencia de la raza.

En efecto, los criadores que se preocupaban por conservar la pureza del cruce se contaban con los dedos de la mano y los cuidados en la crianza se desvanecían con los años. Una raza de caballos que había sido el orgullo de la peruanidad languidecía por la incuria y la indiferencia estatal y particular.

La incertidumbre de los criadores de ese entonces, por el futuro del caballo de paso, se refleja en un artículo de Raúl Aramburú publicado en el Embajador Silencioso: "...los adelantos modernos que llevaron la mecanización a los fundos y a los medios de transporte, fueron relegando la crianza selecta a solo apasionados irreductibles, llegando a desaparecer casi de la atención popular. Reducidos prácticamente a una sola exhibición anual -la fiesta de San Juan de Amancaes- el pueblo esporádicamente se solaza con la belleza del caballo, comprendiendo su valor como tipo excepcional y la importancia que ello encierra".

BOSUQE MATAMULAFelizmente, en 1945 el norte dio la voz de alarma con Wenceslao Rosell y Javier Larco Hoyle, quienes intentaron fundar una agrupación que protegiera y estimulara la crianza del caballo peruano de paso. La iniciativa no prosperó, pero la chispa que habían encendido se propagó en 1947, luego de un hermoso concurso en el Club Hípico Peruano, que dejó a la concurrencia atónita y embelesada con el "recorrido del potro, la cadencia de sus pisos, la elegancia de su porte y el remate airoso de su término casi besando el labrado estribo", según reza un artículo de la época firmado por Raúl Aramburú. Ese día, el 18 de mayo de 1947, los propietarios de los equinos participantes en el tercer concurso oficial junto con algunos jinetes y aficionados, se reunieron en la cabaña de Eugenio Isola Petit Jean y acordaron formar una asociación que los uniera y representara.

El momento había llegado y la crónica fundacional de Raúl Aramburú lo resume así: "Al promediar la noche, callado el bullicio multitudinario, el Club Hípico solo alberga contados grupos de criadores y chalanes, que al calor de la charla no ocultan su desaliento. 'Hay que hacer un esfuerzo mayor', 'debemos recuperar el prestigio del caballo peruano de paso', 'tenemos que devolver al pueblo una de sus mejores galas', decían las voces. Con el marco de la rústica cabaña y la proximidad de los improvisados pesebres, al calor de un buen pisco añejo y con la emoción de un ensueño, estamparon en burdo papel apoyado en una carona las firmas comprometedoras para una obra cuya proyección solo intuyeron entonces.

SOCIO FUNDADORESDomingo Delgiudice, memorioso socio aficionado y testigo de excepción por su edad, recorre los primeros pasos de la Asociación en una serie de artículos publicados en los anuarios y en el libro Embajador Silencioso. Recuerda, por ejemplo, que la flamante Asociación tuvo como local social provisional la trastienda de la casa comercial La Agrícola S. A. de propiedad del socio fundador Carlos Luna de la Fuente, en la avenida 28 de julio 1813, La Victoria. Luego, se tomó en alquiler un pequeño recinto en la misma cuadra, hasta que en 1961 se mudó a una hermosa y acogedora propiedad ubicada en la cuadra 18 de la avenida Salaverry, al costado del Club Hípico Peruano. "Con el aporte de un grupo de socios logramos construir un local muy cómodo sobre un amplio terreno cedido en uso durante 99 años por el entonces Presidente de la República Manuel Prado Ugarteche, gran aficionado y propulsor de nuestro caballo", recuerda a su vez Juan Andrade Fernández.

Apenas siete años duró el techo propio, pues en 1969 fueron desalojados por el gobierno del general Velasco, al desconocer la donación del terreno que les hiciera Prado. "Se nos indemnizó con una suma que no era ni 20% de lo invertido en dicha obra", testimonia Delgiudice. Se reiniciaron las reuniones errantes, ora en un local alquilado, ora en casa de los socios, hasta que en 1976, gracias a las gestiones de José Risso Matellini, en esa fecha presidente de la Asociación, se compró una hermosa casa en Miraflores que hasta hoy acoge a los socios.

ACTA

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                                                                                                              Club Hipico Peruano, 10 abril 1967

AMANCAES 2

                                                                                 Don Eugenio Isola Petit Jean acompañado de una amazona, 1938

 

socios fundadores

                                             De izquierda a derecha (cuclillas), Fernando Fernandini Arana, Carlos Luna de la Fuente y Eugenio Isola Petit Jean.

                                                 (de pie) Oswaldo Llorenz Alvarado, José Delfino, secretario del Príncipe, Príncipe de Holanda, Chalán Vilchez,

                                            Bartolomé Puigros, Ernesto Carozzi Isola, José Musante Hurtado, Alfredo González Byrne, Carlos González Byrne,

                                                                                             Juan Delgiudice, Carlos Parodi y Domingo Delgiudice.

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TRECE PIONEROS

La memoria es frágil y con frecuencia esquiva, por ello Fernando Fernandini Arana, ha pedido expreso de la Asociación, rindió homenaje a los fundadores en el artículo "Nunca debemos olvidar", en el que recuerda a cada uno de los 13 pioneros de la Asociación. El autor dividió las semblanzas en dos grupos: los que antes del primer concurso mantenían criaderos de caballos peruanos de paso, imbuidos por su gran afición y cariño a la raza caballar; y aquellos que iniciaron sus criaderos después del año 1945.

En el primer grupo están: Federico de la Torre Ugarte, Jorge Juan Pinillos Cox, José Musante Hurtado, Carlos Parodi Cuya y el propio autor. En el segundo, Eugenio Isola Petit Jean, Ernesto Carozzi Isola, Santiago Gerbolini Isola, Carlos González Byrne, Carlos Luna de la Fuente, Oswaldo Llorens Alvarado, Alfredo González Byrne y Carlos Brazzini Walde.

 

Federico de la TorreFederico de la Torre Ugarte, fue el primer presidente honorario de la Asociación. Chiclayano y criollo como el que más, gustaba de los chistes subidos de tono y los chascarrillos. Hombre sencillo y gracioso, le divertía poner apodos y gastar bromas a los agricultores de la zona. Fue propietario del fundo Palomino del valle de Zaña y crió caballos como Príncipe, La Zapata, California, Jardinero, La Rompefuego, Indio Bravo, entre otros.

pinillos coxJorge Juan Pinillos Cox, trujillano de pura cepa, agricultor de Mansiche y Huamán. Dueño de una inteligencia cultivada, de carácter fuerte y corazón generoso, conocía muy bien al caballo peruano solía sustentar sus opiniones con solidez y enjundia. Fue uno de los aficionados más capacitados y competentes de la época y su criadero, uno de los importantes.

musanteJosé Musante Hurtado, ingeniero agrónomo, criador del valle del Rímac en las haciendas Granados y Melgarejo. No solo fue un gran aficionado sino un purista de la raza, lo que lo llevó a desarrollar una labor genética sin parangón, al extremo que cualquier animal de su criadero era fácilmente identificable por su singular morfología, la finura de sus pisos y, en los últimos años, por el color alazán, su preferido. De una generosidad que no conocía límites, obsequiaba animales de ambos sexos y cedía el vientre de sus yeguas o la monta de sus potros.

parodiCarlos Parodi Cuya, agricultor nato y competente, copropietario de los fundos Santa Rosita y Portocarrero en el valle del Rímac. Como criador exigente y enfrenador aficionado, fue un verdadero hombre de campo, lo que se traducía en la observación minuciosa de los arados, la limpieza de los campos y la calidad de los productos cosechados. Era un espectáculo espléndido verlo dirigir el trazado de surcos, que parecían hechos con badilejo, pues tal era la pulcritud del acabado. Cumplidor de sus obligaciones, cualesquiera que fueran, era una garantía para quienes tenían con él relaciones comerciales o profesionales.

isolaEugenio Isola Petit Jean, merece, según Fernandini, una mención especial porque contribuyó a valorizar el caballo peruano de paso al pagar a su criador, Federico de la Torre Ugarte, quince mil soles en el año 1945 por el potro Príncipe, hijo de Limeñito. Por entonces, el precio de un buen potro no superaba los tres mil soles. Durante varios años, su criadero fue líder en los concursos. Hombre desprendido y generoso, Isola solventó de su propio bolsillo la construcción de la cabaña en el Club Hípico, así como la alimentación y bebida de los amigos criollos y aficionados que concurrían a los concursos. Fue, igualmente, dadivoso al ceder en forma gratuita el uso de sus padrillos. Apenas formada la Asociación, Eugenio presidió la primera junta directiva.

carozziErnesto Carozzi Isola, Fue una persona alegre, divertida, desordenada y generosa. Su afición por los caballos de paso empezó temprano, siendo todavía adolescente, lo que educó su mirada y perfeccionó su intuición convirtiéndose con el tiempo en un magnífico comprador de caballos. El buen Tito nunca negó una monta o un vientre, pero lamentablemente descuidó su criadero perdiendo valiosos animales, no solo en el plano económico sino genético.

gerboliniSantiago Gerbolini Isola, en sociedad con Tito Carozzi fueron propietarios del haras Ausonia y varios de sus caballos ganaron numerosos premios en diversas categorías. Desgraciadamente, la expropiación de sus haciendas trajo consigo la destrucción del criadero y de una entregada y entrañable afición.

carlos gonzalezCarlos González Byrne, chacarero de nacimiento y estupendo jinete, contribuyó a la creación de los criaderos de Eugenio Isola en la hacienda Tambo Inga y Mayorazgo. Fue una dupla perfecta. Chombo, su apelativo fraternal, fue una persona inmensamente divertida; fabulador y desenfadado, gustaba gastar bromas a sus allegados, pero a la hora de trabajar no conocía tiempo ni tregua. Además de gran jinete, fue excelente maquillador y pedicurista de animales, los transformaba de tal manera que los volvía irreconocibles para ojos poco avispados. Fue piedra angular en los certámenes nacionales por su gran sentido de organización y rapidez para resolver los problemas.

CARLOS LUNACarlos Luna de la Fuente, fue ingeniero agrónomo oriundo de la provincia de Pacasmayo. Como profesor del curso de Equinotécnica en la Universidad Nacional Agraria de La Molina, contribuyó desde la cátedra a divulgar los conocimientos sobre el caballo peruano de paso entre los futuros profesionales del agro. Su afecto por los equinos lo llevó a comprometer a sus estudiantes en el trabajo práctico, invitándolos a que participaran confrontando las medidas hipométricas de los caballos que obtenían las seis primeras calificaciones. Con el tiempo, algunos de estos estudiantes se convirtieron en criadores, directivos y jueces de los concursos. A través de artículos y textos, Carlos contribuyó a difundir la cultura equina. Fue el primero en escribir un documento sobre los pisos del caballo, que sirvió de base a futuros criadores para que obtuvieran productos que correspondían a la raza.

LLORENSOswaldo Llorens Alvarado, fue una persona inteligente, culta, jovial, amante de la lectura y buen versificador. Tocaba guitarra y conocía canciones antiguas, muchas de las cuales no se encontraban ni en los cancioneros. De respuestas rápidas e ingeniosas, casi nadie se libró de las tomaduras pelo que improvisaba al compás de la guitarra. Este limeño radicado en Trujillo fue durante muchos años Comisario de Campo o, como ironizaban los suyos, “paseante de campo” en la yeguada Madama.

ALFREDO GONZALEZAlfredo González Byrne. Este simpático trujillano trabajó un tiempo en la hacienda Barbacay en Huarmey y luego se dedicó a actividades comerciales. En 1950 formó parte de la compañía agrícola Taclia, y fue arrendatario del fundo Camacho donde empezó a criar caballos. Muy conocidos fueron sus animales Farrista, Colombina, Favorita y Festejo.

BRAZZINICarlos Brazzini Walde. No fue criador sino un socio colaborador muy amigo de Eugenio Isola. Su afición por los caballos de paso lo llevó a ayudar económicamente a la Asociación.

FERNANDINIFernando Fernandini Arana, socio fundador y autor de las semblanzas anteriores. Fue él quien, como abogado, redactó el acta fundacional que se extravió en el trasiego de la cabaña a la notaría, lo que lo obligó a escribir, meses después, una segunda acta de fundación en la que se incluyeron nombres de ilustres socios que, sin embargo, no fueron los «históricos» fundadores. Disquisiciones aparte, Fernando Fernandini empezó a criar caballos en 1945 en la hacienda Cahuachi del valle de Lima, y continuó en Camacho hasta el año 1963. Fue apoyo invalorable para la Asociación y se desempeñó como juez en numerosos concursos regionales, departamentales, nacionales y en el extranjero.

AZULEJOS

 

                                  FUNDADORES FIRMANTES DEL ACTA QUE DIO ORIGEN A LA ESCRITURA PUBLICA DEL 23 DE SETIEMBRE DE 1947

CAROZZI ÍSOLA, ERNESTO    1947  
CARPENA, JUAN P.    1947  
COSTA ELICE, AUGUSTO    1947  
DAPELO MELO, JOSÉ ANTONIO    1947  
DAPELO VARGAS, JOSÉ ANTONIO    1947  
DE LA TORRE UGARTE, FEDERICO    1947  
DE ORBEGOZO Y VILLOTA, JUAN   1947  
DIBOS CAUVIS, LUIS    1947  
FERNANDINI ARANA, FERNANDO    1947  
FLORES CORDOVA, MAURICIO    1947  
GERBOLINI ÍSOLA, SANTIAGO    1947  
GONZÁLEZ BYRNE, ALFREDO    1947  
GONZÁLEZ BYRNE, CARLOS    1947  
ISOLA PETITJEAN, EUGENIO    1947  
LLORENS ALVARADO, OSWALDO    1947  
LUNA DE LA FUENTE, CARLOS    1947  
MORA MARQUINA, VICTOR    1947  
MUSANTE HURTADO, JOSÉ    1947  
PARODI CUYA, CARLOS    1947  
PINILLOS COX, JORGE JUAN    1947  
QUEIROLO CIUFFARDI, SANTIAGO    1947  
RIVADENEYRA, PEDRO    1947  
AZULEJO FUNDADORES ESCRITURA